viernes, 2 de marzo de 2012

VISIÓN Y MISIÓN DEL ENFERMERO



La enfermería como toda disciplina comparte elementos comunes en toda la profesión, un paradigma dominante que dirige todas las actividades. La ciencia enfermera presenta elevado nivel de complejidad, ya que considera las diferentes respuestas del individuo, precisa de múltiples intervenciones adaptadas al individuo a través del abordaje holístico y contempla todas las circunstancias que rodean a la persona1. Gracias al análisis de los modelos enfermeros por parte de Fawcett2, el entorno es uno de los cuatro conceptos clave que lo forman y ha sido históricamente uno de los elementos favorecedores o perjudiciales para la conservación y recuperación de la salud3. Cada vez existen más evidencias de la relación entre la calidad del medio ambiente (entorno físico) y la salud de las personas y comunidades por lo que diversos organismos sanitarios como la Organización Mundial de la Salud han incluido objetivos específicos respecto al tema3.
El concepto de entorno incluye "todas las condiciones posibles que afectan al cliente y la institución en la cual se presta el cuidado sanitario"4. Y "Ambiente, lo que rodea" según la Real Academia Española de la Lengua5.
Por otro lado, la salud se entiende como un concepto positivo que afecta a la persona globalmente y tiene en cuenta su integralidad y su relación con el entorno, es decir, se considera una experiencia que engloba la unidad ser humano-entorno6. Por lo que para el cuidado de las respuestas humanas, es imprescindible tenerlo siempre en cuenta.
Al igual que el resto de los elementos que forman parte del metaparadigma enfermero, el entorno ha ido transformándose por lo que durante el paradigma de la categorización se contemplaba cómo los aspectos físicos (luz, aire, calor, limpieza...) que permiten a la persona que sufre movilizar sus energías hacia la curación y hacia la prevención de la enfermedad. En el momento de la integración, este entorno es considerado de forma más amplia, incluyéndose diversos contextos (histórico, social, político,...) en el que la persona vive y su relación con la persona es cíclica (un entorno positivo, generará entornos positivos en un futuro). Esta visión se amplía hacia un infinito (el universo) dentro de la visión de la transformación. Siendo distinto de la persona, el entorno coexiste con ella, por lo que están en continuo cambio, mutuo y simultáneo6.
El término, tal y como se ha hecho referencia, forma parte de todas las teorías y modelos enfermeros. En concreto existen teorías en las que se ha realizado verdadero énfasis en su importancia, Nightingale hizo relevante el aspecto físico del mismo, y teóricas más actuales como Kolcava en su teoría del confort da énfasis a la experiencia medioambiental, y lo define como un tipo de comodidad, la comodidad ambiental es la que pertenece al entorno, las condiciones e influencias externas que la enfermera o familia pueden manipular para que el paciente se sienta más cómodo7.
Esto se traduce en que existen dos interpretaciones en la literatura, algunas tienen una conceptualización a lo inmediato del paciente, sin explicación social, política o económica. Está visión limita la comprensión, es rígida y estática. Si el entorno es inmutable la adaptación es la única solución. La otra postura es que la persona y el entorno son contiguos e inseparables del cosmos. La persona refleja la grandeza del cosmos. El entorno se puede entender como la percepción individual, los problemas se crean cuando la persona no puede entender la ausencia del conocimiento popular8.
Esa alta definición que se ha realizado a través de la teoría enfermera, no se ha desarrollado de igual forma dentro de la metodología enfermera. Como ejemplo, los diagnósticos NANDA recogen elementos del confort físico, ambiental y social en su dominio XII, pero su contenido es limitado y pendiente de desarrollo9.
Al igual que ocurre con el resto de los elementos del metaparadigma, la visión enfermera sobre el entorno condicionará la forma de la prestación del cuidado, ya que no es igual considerar el entorno en sí mismo como considerar la pluridimensionalidad que puede derivar de él; en ver este entorno como la vivencia o experiencia de salud del paciente integrándolo más en un aspecto contextual, histórico y situacional que el mero aspecto físico del que también es integrado.
Dentro del ámbito de la atención, la enfermera ha de crear un ambiente tranquilo, agradable, y aportar seguridad y confianza en su actuación y existen trabajos en la práctica que a través de la implantación de protocolos de actuación, inciden en el impacto emocional que genera al paciente y a su familia los entornos hostiles hospitalarios10 y su importancia en el cuidado de la persona. Cuanto más confortable es el entorno, mejor tolera el paciente la experiencia

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